Y amo la quietud de la madrugada, donde todos los ruidos se escuchan amplificados.

Y amo, también, la poesía literal, esa en la cual decís lo que de verdad querés decir sin más vueltas. No más que esa al menos: el decir las cosas tal cual son. Son las 2:40 am, no es tan de madrugada después de todo, pero aún así la casa está en silencio. Y yo estoy acá, despierta. Yo estoy acá, tomando mi té. Y yo estoy acá, en pijama y pantuflas. Hola, yo estoy acá.