miércoles, 21 de septiembre de 2011

Camus y el logos

sábado, 11 de Junio de 2011


Camus dice que la capacidad de atención del hombre es limitada y que tiene que ser constantemente estimulada, provocada, lo cual me lleva a creer que hay demasiada gente que ignora lo que, actually, tendría que hacer para conseguir lo que quiere, ya que la mayoría de los triunfos a los cuales el hombre aspira tienen que ver con su entorno y el resto. No existe la autosatisfacción completa en el propio yo: cuando el triunfo se basa en una meta personal, al alcanzarla, el paso final es integrarla al todo restante (es decir, al entorno), porque no tiene valor por sí misma. Unitario o no unitario. Claro que a todos les cuesta pensar en por lo menos una meta que sea puramente personal y que no tenga nada que ver con aplicarla en tal o cual aspecto de la vida, sino que sea una resolución exclusiva que se desarrolla dentro de la mente y no fomenta cambios exteriores. Esto me lleva a dos direcciones: la primera, en la cual la persona cree que tiene una meta fija y la trabaja en su mente, le da forma, se vale de instrumentos puramente endógenos que no son siquiera visibles; son como las ideas. La idea, tiene peso y hace trabajar a la mente humana incansable y constamente, dando la impresión de que existe una suave pero persistente tiranía en el logos. En la cátedra de Filosofía, dudé mucho en lo que se refiere al peso de las ideas, y además lo consulté. La respuesta del Filósofo fue que existen ideas de todos colores y pesos, pero que "existen aquellas ideas que pueden aplastarnos". Y suena aterrador: el ser que somos como resultado de nuestras ideas, a la vez formado por la tiranía imperceptible del razonamiento, puede venirse abajo ante la idea en sí misma.

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