domingo, 28 de noviembre de 2010

Modo operativo

Soy útil, fiel, inútil, inteligente, puta, alegre, obsesiva, virgen, hermana, hija, prima, novia, amante, amiga, compañera, confidente, traidora y leal entre otras cosas.

Ese es mi modo operativo, así soy: absurda. Me entiendo en mi desorden, en mí incoherencia. Soy todo, depende del día. Soy absurda. Soy lo que el mundo quiere que sea.

Pero resulta que últimamente estuve siendo más absurda que nunca e incluso más de la cuenta. Me da la sensación de que todo lo que una vez supe, lo que una vez creí que era imposible que alguna vez cambie, ahora está cambiando; todo lo que creía que no me afectaba, en efecto, me afecta. Todo lo que creí que no me importaba sorprendentemente me importa y toma un color nuevo, transforma mis realidades y modifica mis criterios, al punto de hacerme creer que, últimamente, estoy adoptando otros, otros nuevos, de los cuales antes no tenía idea y que ahora surgen en un abrir y cerrar de ojos cuando me encuentro frente a aquellas situaciones que me hacen mirar dos veces, mirar de nuevo. Y una vez más me encuentro sumergida en mis pensamientos, nuevamente estoy a solas con ellos, pero no les temo: por esta vez, los dejo ser. Por esta vez dejo que sigan su curso y que me lleven a impulsar los cambios, que al fin y al cabo, en un punto, parecen necesarios. Me dejo llevar, me dejo dominar por mí yo interno, ese ente tan frío y cerebral, que me aconseja lo que cree mejor, en base a los nuevos criterios y las nuevas situaciones que ha de enfrentar. No tengo nada en contra de él, ni en contra de su frialdad: sé que me prepara para futuras batallas, en menor y mayor medida. Sé que alimenta a cada momento mi fortaleza, y me fortalece, y no soy tan estúpida como para negar que lo necesito.

No estoy diciendo solamente un montón de palabras incongruentes e inconexas, no estoy expresando pensamientos mezclados que simplemente flotan en la nada. No. Me siento resuelta. Decidida. Decidida a no volver a fingir. Me rehúso a hacer caso omiso a mis propias opiniones, me rehúso a abandonar mis ideales. Me rehúso completamente, y no hay quien pueda revertirlo. Se me hace un nudo en la garganta de tan solo pensar en todas las cosas que me gustaría gritarle al mundo, si el mundo supiera, si al mundo le interesara el simple hecho de que me más de una vez me produjo ganas de tomarlo entre mis manos, aplastarlo usando nada más que éstas, arrojarlo al suelo, pisarlo, acabarlo. Al mundo no le interesa. El mundo tiene una rutina diaria que cumplir, y yo soy un simple ser que se queja. Pero al menos soy. Existo.

Con la existencia surge la particularidad

Así es, Hegel. Así fue siempre.

lunes, 15 de noviembre de 2010

This is how I...

Sing me something new.

¿Qué fue de vos? ¿Qué es de vos? ¿Qué tendrás que me da tanta curiosidad? ¿A qué se debe? ¿A qué viene? ¿Dónde estás ahora? Tengo mil preguntas que te haría sin dudar, si aparecieras de un momento a otro. Mágicamente. Como siempre lo haces. Me da curiosidad, me gustaría saber, qué se siente. Dejame saciar mi curiosidad. Dejame ver a través de tus ojos.

Recuerdo, qué tan fuerte fue. Lo recuerdo, el impacto. Todo aquello, que no vuelve. Sin nada qué decir, sin nada más que acotar. Sin simbolismos. Sin interrupciones. Sin nada que nos sostenga. Lo recuerdo. Íbamos a a la deriva. Volvé. Quiero ir, en esa dirección. A la deriva. A la nada misma. A la desembocadura, del río eterno, la corriente imparable de mis pensamientos. Empaparme, gritar a voces, que nada es igual.

Nada es igual a lo que era

un segundo

atrás .