viernes, 11 de febrero de 2011

Baby I'm a free...



Debería estar estudiando. Debería estar estudiando porque tengo que rendir y de eso depende mi ingreso a la universidad. Debería, debería, debería... estoy un poco cansada. Hacer lo que "debería" hacer jamás está entre las cosas que me siento dispuesta hacer, las cosas que quiero hacer. 
Por eso estoy en mi cuarto ahora escuchando The Fame Monster.
Canto Bad Romance. Hago los movimientos de la coreografía sentada en la silla. Escucho Speechless. Canto. Sí, desafino. Y me encanta. Me encanta porque soy libre de cantar, de desafinar, de bailar y de reírme. Me encanta porque puedo hacer lo que quiera, como donde y cuando quiera, y quizás no es tan así, pero sentirse así, es inusual. Sé bien que en vez de estar acá escribiendo una oda al liberalismo tendría que estudiar, en efecto, pero no lo voy a hacer ahora. Me conozco. 

Lately, estuve tirando cosas sin sentido. Estuve haciendo lo que odio: contar una boludez o dos en un par de líneas y pretender que me aplaudan o que se entienda. Como me fastidian las personas que dicen, escribe, hablan y no profundizan. ¿O vos te creés, pendeja, que Nietzsche escribió The Anti-Christian basándose en pelotudeces personales o que Romeo y Julieta era un cuento de dos pelotudos que se juntaron a tomar un helado? No, bueno, entonces bajate de la nube y no te creas Shakespeare. A ver: no pretendo que se me llegue a comprender (¡comprensión! una palabra a tiempo), lo único que puedo llegar a pretender es que se me entienda. Si me entendés, y yo a vos, y todos empezamos a entendernos, el mundo mejora, ¿estamos todos de acuerdo, no?
Y ahora, mi voz interna: ¿a quién le hablás, trastornada? 
Te hablo a vos que leés esto desde tu más profunda hipocresía porque hasta podrías llegar a negar que lo leíste, ¿no entendés? Lo que digan o piensen de mí
a) me importa demasiado ó
b) no me importa. 
Pero todos tenemos a aquellos que anulan nuestro ego, y a aquellos, por qué no, que lo despedazan, lo patean, lo pisan y lo dejan ahí tirado cual materia putrefacta. Muy impresionante.
El ataque al ego es, en serio, muy impresionante. Te puede dejar liso como un papel o impedirte volver a tener un poco de amor propio por el resto de tu vacía existencia porque, si tenemos que sincerarnos, jamás olvidaremos a aquel que nos aplastó el ego hasta dejarlo en el subsuelo. No vas a olvidar al alma insensible que enterró tu autoestima. Jamás, jamás, nunca. 

jueves, 10 de febrero de 2011

Some day, some night.

tl;dr


A: Por qués crees que son tan importantes tus uñas y sus colores?
L: Porque soy muy obsesiva y necesito combinarlas con la ropa que uso.
A: con qué combinás?, el color que mas se resalte, o la remera, o los zapatos?
L: Combino en general, los colores no tienen nada que ver. Tengo un saco animal print negro/blanco que combina perfecto con esmalte rojo.
A: el rojo yo creo que va con todo
L: Con el negro queda bien el plateado. Con el blanco la francesita. Depende.
A: igual no sé nada de uñas o esmaltes...
L: No puedo usar el mismo color dos días seguidos, así que tengo muchos colores, y siempre quita esmalte a mano.
A: Ya estás simbolizando... Hablaste de esto con tu psico?
L: ¿Por qué habría de?
A: hay algo escondido tras esa "obsesión"...
L: No lo creo.
A: creelo...
L: I'm always like that.
A: es una clara manifestación inconciente...
L: Mi habitación está ordenada, mi placard está ordenado. Mis cosas están donde deben estar. De otra manera no puedo vivir. Me enferma, me pone nerviosa.
A: Sabías que la gente ordenada tiende a ser gay?
L: Antes de salir a la calle los días de semana, tengo que tener mi horario programado.
L: Jajajajajaja entonces dame mi %100
A: vas por el... :)
A: No lo digo yo... lo dicen los psicólogos del mundo..
L: Clah.
A: tampoco se da en todos los casos..
L: Cómo me rompes los ovarios con las estadísticas vos.
A: pero es una clara manifestación homosexual
A: soy muy estadístico...
L: Te voy a tener que pegar. O a rasguñarte, mejor.
A: claro... :)
A: estoy haciendo un bardo! jajaja me encanta...  Querés ver un video sobre estadísticas mundiales?... datos sorprendentes...
L: Las estadísticas me rompen un poco las pelotas. ¿Cuál es la necesidad de generalizar?
A: Entender como funciona la sociedad...  qué hacer y que no...
L: Eso que acabas de decir no tiene sentido. O al menos es un NO rotundo para mí.
A: Es un mambo mío igual... olvidate...
L: Las estadísticas no te pueden decir qué hacer y qué no. Personal experience, man. Take the risk.
A: no, las estadísticas son números.. uno saca sus conclusiones, queda en cada uno de nosotros hacer algo, o no hacer nada...
A: Te doy un ejemplo práctico...
L: Jamás me basaría en las estadísticas, ni las tomaría como un punto de referencia para decidir si obrar o no. Es decir, ni siquiera las tendría en cuenta. Es algo muy opuesto a mis puntos de vista.
A: Lo que pasa que son necesarias... Los gobiernos del mundo tienen organismos que les proveen números... y según esos números el gobierno prioriza...
L: Pero es otro tema. Vos no sos el presidente, amor.
A: no... yo tengo mis propias estadísticas...
L: Yo estoy hablando de aplicar estadística a la vida real o tomarlas como referencia. No me gustan las mentes calculadoras. Se auto-impiden muchas cosas. Demasiadas.
A: Dame un contra ejemplo...
A: bahh.. mejor obviar este tema...
L: No sé de ningún ejemplo, pero no soy así. Gracias a Dios. No me gustaría depender de las estadísticas.
A:  no, pero nuevamente te digo, no es que uno dependa de ellas... eso es personal...
A: Mirá.. si yo te digo que 1 de cada 30 personas tiene sida... no da coger sin forro.. 
A: me entendés.. es un número, vos hacé lo que quieras...
L: No siempre es así, no lo lleves al extremo.
A: es uno de entre tantos ejemplos...
A: te doy otro...
A: Si por cada matemático recibido hay al menos 20 sociólogos.. la sociología no es negocio.. mejor estudiar matemáticas... yo odio las mates.. no es un dato para mi.. pero quizá a alguien le interese...
L: Go to hell.
A: perdón (blush)
L: I don't believe in that. Nadie me va a impedir estudiar mi carrera... aunque no sea negocio.
L: A eso me refiero, ¿ves?!
L: A mí me gusta la literatura. Me muero por la literatura, sé que es lo mío.
A: es que la estadística no te dice que hacer... es solo un número...
L: Sssssssh
L: mierda.
L: (Esto es hipotético)
A: a ver
L: Me gusta la literatura, nací para eso, lo sé, lo siento, tengo espíritu de artista, y a los cinco años escribí mi primera monografía. Quiero ser escritora. Veo una estadística que dice que el %X de escritores se mueren de hambre porque no consiguen trabajo pero que los economistas ganan millones.
L: Ah, bueno... voy a ser economista entonces. Así me lleno los bolsillos y trato de llenar
L: el agujero
L: negro
L: Y LLENO DE AGUA
A: no es tu caso...
L: QUE DEJO
L: EN MI CORAZÓN
L: EL HECHO
L: DE NO ESTUDIAR
L: LITERATURA
L: Porque tengo una personalidad
A: no es tu caso
L: cerrada
L: y un cerebro
L: chiquito
L: como mi uña
A: dije ya que no es tu caso?
L: del dedo meñique
L: Osea, a ver... NO. No es mí caso, estaba dándote un ejemplo.
A: no aplica en ese ejemplo...
L: ¿Por qué si me vienen a decir ahora que los periodistas ganan dos pesos semanales voy a dejar mi carrera de periodismo? Ni loca.
A: no..
L: Ni aunque me lo diga el estadístico más acertado recién salido de Oxford.
A: pero suponete el mismo ejemplo pero con una variante...
L: Ni-loca.
A: estás entre ser escritoria y economista... te gustan ámbas carreras...
A: qué harías?
L: Escritora.
A: Muy bien...

jueves, 3 de febrero de 2011

Is it worth the drama for a beautiful liar?

Revivir lo que una vez hizo mal es increíble. Casi tan increíble y doloroso como revivir lo que alguna vez hizo bien, y darse cuenta de que es momentáneo. Dura un segundo. No más. No es real, no es sincero. Es casi forzado. Es terrible. Buscar porqués sin obtener respuesta alguna, es aún peor. Buscarte y no encontrarte (la historia de mi vida), es todavía lo que peor me hace. Porque sí, soy histérica, soberbia y autodestructiva. Y no, no sé expresar cariño, no sé cuidar lo que tengo. Nunca pude ni supe cuidarte. Nunca nació de mí mostrarle al mundo que te amaba, siempre te amé con tapujos. Innecesarios, pero yo me sentía segura. Me sentía única, y me sentía feliz. Jamás pude ponerle un punto final a esto (¿Jamás podré?). No sé si puedo, no sé si quiero. Insisto en que no fue suficiente. Nunca sería suficiente para mí. Quise volar con las alas rotas, y fallé. Fallé una y otra vez resguardada por mentiras, burdas mentiras que expresadas en voz alta suenan muy poco creíbles, pero mi interioridad y yo nos decidimos a creerlas.