lunes, 27 de diciembre de 2010

And she said...

Cordura, mujer

Cordura.

Que nadie te va a sostener

Cuando caigas

A tu precipicio

Cuando te azotes

Cuando te hieras

Con tu odio desmedido.

Asomate a los balcones

Del palacio de tu desgracia

Gritá a mil voces que sos

Una puta desarraigada.

Desairada.

Decepcionada.

Cordura, puta

Cordura.

Que a ellos no les gusta

el llanto.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Condicional perfecto.

Él me cree una mujer incondicional. Lo sé, lo soy. Pero él me cree mucho más que eso. A saber: engrandece mis virtudes, multiplica mis encantos. Me lleva de aquí a allá, y no sabe, no se da cuenta, que me dejollevar, justamente, porque soy un ser acorralado. Atormentado. Y porque me enloquece. Porque cada centímetro de su ser me hace estremecer y cada hilo que hilvana en sus pensamientos me resulta magnífico, glorioso. Monstruoso. Sabe que oculto cosas, por supuesto que lo sabe. Pero quién no. Sin embargo sabe que es lo que no oculto, que es lo que jamás ocultaré: mi rostro. Este rostro, sumiso y curvilíneo, no repara en los daños. Siempre se encontrara dispuesto a hacerse cargo de los caos que mis estúpidos criterios puedan desatar.