domingo, 31 de octubre de 2010

Hello

Sleeping is no mean art: for its sake one must stay awake all day.
~ Friedrich Nietzsche

Los domingos sin sinónimo de depresión, y hoy que el cielo está parcialmente nublado, dirían en el noticiero, tal parámetro parece acentuar la sensación de vacío y desgano de un día en el cual no salgo de mi casa. Me fumaría un cirgarrillo si tuviese un atado a mano, que por cierto no tengo. Y es domingo, no puedo salir a comprar. El aburrimiento, la fatiga y la languidez transmutan lentamente en un leve dolor de cabeza, que confundo con letargo y entonces no sé si quiero encontrar algo con que entretenerme, seguir con lo que estaba haciendo y cumplir con mis obligaciones, o tirarme a la cama. Querer. Quaerere... intentar obtener. ¿Coincide?
A veces durmiendo se la pasa mejor que despierto; a veces corren las horas, duermo. Me despierto. Miro el reloj. Es temprano (o tarde, no me importa), y sigo durmiendo. Me pesan los ojos. Me lleva el deseo, me lleva a la almohada. Abro los ojos: hola, realidad. Good morning, Leslie. You gotta get up, like, right now. Do I have to?
Dormir funciona a veces como una terapia, cuando dormir es mejor que estar despierto. Cuando estás colmado de nervios y ya ni los cigarrillos te calman. Sólo el capricho me retiene en esos casos, cuando por capricho y por caprichosa quiero permanecer despierta. A ver qué pasa, qué está pasando. ¿Café? Sí, por favor. Humeante y recién preparado. Y continúo aliméntandome, de palabras sueltas, música, de nuevos pensamientos. Pero pesan, se acumulan, se chocan unos con otros, colapsan: descontrol. Circuitos nerviosos, aquí y allá, en medio de un caos. Y mis sentidos, ya saturados. Conmovidos, pero cansados. Alguna voz interior, recordándome, sometiéndome, acusándome: andate a dormir. No quiero, me niego, rehúso. Qué desastre. La quietud del exterior, indica desastre. Porque estoy pensando, el caos es interno, el silencio indica alboroto. Estoy sobrecargada. Pensar demasiado en horas de la madrugada en un estado de insomnio autoinducido es imprudente, es peligroso, y es agotador. Pero quién no se pone a prueba, quién no lo hizo alguna vez. Me miro las uñas: necesitan esmalte. Miro mi placard: necesito ropa nueva. Miro el techo: ¿se va a caer? ¿Algo va a pasar? ¿Algo va a producir algún ruído? ¿Algo...? Algo. Nada. La madrugada y sus sonidos sordos, a la distancia. La madrugada y su oscuridad serena e implasible. La luz artificial haciendo contraste con esta oscuridad, como desafiándola. El mundo duerme, y yo despierta. La vista hacia mi propio jardín al mirar por la ventana: impasible. El menor ruído que quiebre un silencio tan solemne como el de la madrugada produce sobresalto. Es natural, todos duermen. Pasan las horas, todas iguales. Hasta la mañana y el comienzo de un nuevo día: un ruído quiebra el silencio. Luego otro. Y otro. Y otro. Una marea de pequeños ruídos, algunos lejanos, otros más cerca, producen bullicio. Y entierran el silencio. Ya no me siento sorda. Escucho atentamente. El despertador. La televisión. Las puertas. El tráfico. La cafetera...
Y otra vez. Hoy es domingo. Los domingos son sinónimos de depresión, y hoy que el cielo está parcialmente nublado, dirían en el noticiero...

jueves, 28 de octubre de 2010

Unspoken

Luego veo el punto débil de mi oponente:el punto que lo hubiera hecho desmoronarse si tan sólo me hubiese dado cuenta de golpearlo allí. Después me doy cuenta, tarde. Siempre me pasa lo mismo. Siempre tardo en entender.

¿Por eso escribes?

La voz sonó a mis espaldas. Una voz masculina, sin sexo, compuesta: inórganica.

¡No me hagas esa pregunta! Sacudí la cabeza, intentando sacudirme la voz de encima. No me hagas esas preguntas fundamentales. No preguntes, no preguntes. Mierda, ni siquiera sé quién eres.

¿A quién van dirigidas tus palabras? Vanas, ocultas, sin demasiado sentido. Sin un receptor, que logré capatarlas a todas, absorberlas, hacerlas suyas, y luego, como si nada, deshecharlas. Es en vano, es hasta imprudente: das a conocer tu alma, ¿y por qué? ¿para qué? Nobody cares. I mean, it's for real: nadie se detiene a acordarse de que dijiste tal o cual cosa cuando la situación lo requiere. Hablar es gratis, por supuesto. Afortunadamente. Hay tantos de esos, que hablan porque es gratis... hay tantos de esos. Pero a nadie le importa demasiado. Hay una sobrecarga. Una sobrecarga de palabras, de vocablos, de modismos, de formas. Hay tanto por decir, y tanto ya dicho: es una rueda, jamás termina. Jamás se cansan las voces, jamás se callan. No quiero que callen, me sentiría sorda. Prefiero que sigan con su alegre charla. Bifurcando los caminos, escondiendo los criterios, como yo misma hago y estoy haciendo en este momento: envolviendo entre estas palabras lo que en realidad quiero decir, el foco central de mi pensamiento, lo que mi inestabilidad me está dictando en este mismo momento. El hecho de que escribas poco, te delata. Las palabras que usás, te delatan. Tu lenguaje, te delata. Hasta tus errores. Estás creando lo artificial, no lo puro y original. Estás pretendiendo, estás ultrajando al papel. Todo es metáfora, por supuesto: no ultrajás nada ni a nadie. Bueno, sí, a mí, en cierto punto: me provocás una honda sensación de rechazo. Tal vez soy Dédalo. Tal vez no. Pero no hay punto de comparación y no te culpo; no te culpo porque no hay culpas de por medio.

martes, 19 de octubre de 2010

When things seem to be too good to be true, they usually are.

Entonces justo cuando creía que me había alejado por completo, que ya no estaba para nada sumergida en un mar de sensaciones, en el ojo del huracán, todo pasaba, lentamente, se esfumaba, se borraba. Todo empezaba a carecer de sentido. Todo hasta que llegó, y golpeó. Otra vez.

Y otra vez yo, lo dejé entrar.

Una rueda. Eso parece ser todo, una rueda interminable de la cual nadie consigue escapar. Todo vuelve, en más de un sentido; más allá de los sentidos atribuidos y de aquello a lo que llaman karma, pareciera ser a veces que todo vuelve de una manera más literal y menos trascendental. Situaciones ante las cuales alguna vez retrocedí, o que retrocedieron ante mí, vuelven a presentarse ahora como una puerta abierta de par en par. Mi salvación. Pero por un instante de duda, una vacilación, me doy cuenta: la decisión ya no es una decisión firme, bien fundada, e inamovible. Es solo una decisión que se genera automáticamente en respuesta a la realidad que tengo enfrente. Si veo una puerta abierta, quiero atravesarla. Pero cuestiono mis pasos. Otrora eran pasos firmes, hoy son inseguros. Ayer esa oportunidad era un anhelo. Hoy es algo de lo cual, si se me permite, he de dudar.

domingo, 10 de octubre de 2010

Girl, you can't kill a liar...

No me engañes.
No te engañes. No, no intentes engañarme, ¿para qué? No sos más que lo que sos. No aspires a más. No quieras más. No quieras ser como otros. Te hace quedar mal, te hace lucir mal, y me hace pensar...
El uso de adjetivos, ¿por qué? ¿Qué necesidad? Entiendo, expresar al mundo tu rabia y tu carácter fuerte. Y tu visión distinta. Que en realidad se distingue por la manera en la que la adornás, no porque sea distinguible en sí. Weird. El uso de palabras fuertes, apenas subrayadas, entre palabras perfectamente cotidianas, fácilmente comprensibles, entre errores menores pero que denotan un intento... I can see it girl, is it complicated? Qué se yo, todos podemos ser todo, dicen.

viernes, 8 de octubre de 2010

Just 'cuz you're bigger than me
just 'cuz you're smarter than me
just because you drive a better car than me
does not mean
no way no how
I'm sucking you off

for any amount of money.

viernes, 1 de octubre de 2010

Why don't you

¿Por qué no soy así con papá?
Porque papá no es como vos.