lunes, 23 de agosto de 2010

This is (not) a statement.

[…] Haciendo nada. Produciendo nada. Y, metafóricamente, estoy encerrada en un cuarto uno por uno, encerrada conmigo misma. Yo misma me puedo convertir en mi peor enemiga de un momento a otro; puedo amarme y protegerme a mí misma como puedo odiarme, torturarme. Aborrecerme por ser lo que soy. ¿Y qué soy? Soy nada. No tengo presente, vivo en el pasado. Vivo en un mundo paralelo, en el mundo de mis sentimientos. Y no exactamente en el mundo de sentimientos como el amor y la amistad, fraternidad y no sé que otras estupideces, vivo en el mundo de mis sentimientos más destructivos, los más caóticos, los que conforman el núcleo de mi ser en llamas, de mi ser que de a ratos se muere por ser amado, comprendido y solicitado, y que de a ratos daría lo que sea por ser un ser solitario, por encontrarse vagando en la nada, ser una sombra, una ilusión o la nada misma.

A veces desearía ser invisible, intocable. Que nadie note mi presencia. Que nadie me pregunte nada. Solamente ser, tener plena consciencia de que soy, pero sin que nadie lo note. Cuando quise ser invisible lo fui, y jamás nadie notaba mi presencia. Me callaba, enmudecía, apenas respiraba con tal de que mi entorno no nótase la presencia de mi cuerpo, siquiera mi espíritu en ese lugar. Pero con el tiempo, con el viejo orgullo humano, me quise hacer ver. Grave error. Era feliz en la nada, era feliz siendo invisible. O quizás no era feliz, pero estaba contenta con mí nada. Con mis faltas. Con mi desolación. Lo único que siento ahora es un cansancio infinito, un letargo fatal, que se niega a desaparecer. Lloro con sólo pensar en todo lo que podría hacer, se me caen las lágrimas pensando en las horas, en el tiempo que desperdicio día a día sin lograr nada. Por eso, mi propia actitud me produce rechazo. Ese rechazo conlleva a otro sentimiento, el desprecio. Me auto desprecio un rato, hasta que termino por aborrecerme. Paso de una actitud negativa a una COMPLETA DISCONFORMIDAD con mi persona. Porque esta persona, éste ser inútil que soy, podría estar nutriéndose constantemente de conocimiento, de saber, de alimento para el alma. Y sin embargo, este ser que soy, está tirado en la cama. Está fantaseando, está llorando, está buscando inútilmente un sitio al cual pertenecer, y digo inútilmente porque JAMÁS lo encuentra. Hablo en tercera persona, hablo de mí como un ser ajeno, hablo de mí como sí no tuviera ni la más remota posibilidad de modificar mi propia realidad, lo cual me atemoriza un poco. Perdí la consciencia del dominio, ¿o qué? ¿Es eso posible?

Estaba a punto de dar esta catarsis por terminada en esta instancia, y me di cuenta de que la anterior también terminó con una pregunta. Parece que jamás me canso de cuestionar mi existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Screamer