sábado, 29 de enero de 2011

Ex-wife syndrome.





Y así trabajaba mi mente cuando tenía quince años, comparate todo lo que quieras. Era un léxico interesante, agrio. Aunque tengo que decir que, si mal no recuerdo, en ese momento de mi vida el sarcasmo y la ironía poco me importaban, las palabras que decía pugnaban a explotarme en el pecho en cualquier momento si no las decía, me venían a la mente con una facilidad perturbadora. Sí, era perturbador, porque hablaba y/o escribía, y en el momento en que tales cosas sucedían, me enteraba de que lo que en realidad me estaba pasando. Porque siempre analicé mi psiquis, siempre revolví y revolví en mi interior buscando al causante de mis males, y siempre era el mismo: myself. Por distintos motivos, distintas causas, en distintas ocasiones, siempre era yo. Alguna vez me han dicho que suelo culpar a los demás por lo que me pasa, pero creo fervientemente que no hay concepto más equivocado que ese; yo me culpo a mí por lo que me pasa. que soy responsable. Lo sigo viendo así ahora y probablemente siga viéndolo así siempre, porque hay una parte de mí (una gran parte), que nunca cambia. Persiste. Resiste. Es inmune al paso de los años, a las heridas y la experiencia. No sólo no le afectan, sino que tampoco la dejan crecer. No es algo así como una niña interna. Es más bien una esencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Screamer