miércoles, 16 de junio de 2010

Leave the lies to the liars.

En todo sentido, cada vez estás más lejos.

Qué loco. Cuando te distancias de alguien empezás a ver claramente sus defectos. Y cuando ese alguien te importa te empezás a preguntar por qué, why the hell te importaba (o te importa) tanto. Es más fácil ver los defectos de la otra persona cuando hay distancia, cuando pasa algo. ¿Qué tan difícil de entender es? Odio las mentiras. No me gusta que me mientan. Las mentiras no tienen justificación. Me enferma que me tomen por estúpida. Porque mentir una vez es un error. Una vez. Dos veces, algo funciona mal. Tres veces… es una tomada de pelo. Basta.

Igualmente me ayuda y me facilita muchísimo las cosas, por irónico que suene. Pareciera que nunca te terminé de conocer. Ergo, muchas de las cosas que creí reales son imposibles. Me quedé muchas noches despierta para nada, pero... qué importa. Lección aprendida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Screamer